Publicado el 16 de febrero de 2011 por Marlyn
Muchas personas –especialmente los solteros independientes y estudiantes foráneos- rehúsan acercarse a la cocina por miedo a que el intento termine en una llamada a los bomberos o en intoxicación por lo ingerido.
Antes de que eso ocurra vale la pena aprender algunos trucos para que la experiencia culinaria sea placentera –o por lo menos digerible- cuando el tiempo sea escaso, la flojera domine y la ineptitud sea el mejor fuerte.
- Una vez a la semana cocinar arroz blanco en porción doble o triple para guardar el resto en la nevera. Este servirá después para mezclarlo con otros ingredientes y hacer platos distintos como paella, croquetas, mini sushi, entre otros.
- Tomar un día para aderezar todas las carnes que se calcula comer durante la semana; así el sabor se acentuará y no se perderá tiempo cuando se quieran cocinar.
- Actualmente, en el mercado existen todo tipo de condimentos y salsas instantáneas para suplir el proceso de preparar manualmente los ingredientes. Por otro lado, los que rechacen su uso pueden optar por picarlos con anterioridad y conservarlos en el congelador.
- Antes de cocinar, cerciorarse de que se tienen todos los elementos necesarios. No vaya a pasar que se comience a mezclar el azúcar y la mantequilla para una torta, y darse cuenta después de que no hay harina.
- Si se va a recalentar la comida fuera del microondas, hacerlo a fuego mínimo o en baño de maría.
- Preparar el mismo alimento en diferentes modalidades. Por ejemplo, el pollo no solo se come frito; se puede preparar en salsa de maíz, agridulce, relleno, a la plancha, mechado, tipo nuggets. El asunto es ser creativos a la hora de cocinar.
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