El sentimiento es considerado hoy día como un estado complejo que resulta de una transformación de las emociones, son las llamadas emociones finas o emociones sentimentales. Se le puede definir como un estado afectivo de elaboración lenta y en cierta manera reflexiva de larga duración y que llega a ser un estado fundamental de nuestra vida psicológica. Los sentimientos no aparecen aislados sino que ellos están generalmente asociados a un elemento intelectual que le sirve como de punto de convergencia y alrededor del cual se agrupan todos aquellos estados que forman el sentimiento. En este centro de cristalización llamado centro de asociación, el sentimiento se unifica, alejando todas aquellas representaciones que pudieran impedir o entrabar su eclosión. Allí provoca el sentimiento una selección cuantitativa y por ella evoca todas las ideas que puedan reforzarla y todo lo que no guarda armonía con él es rechazado del centro de asociaciones o centro cristalizador. El sentimiento, que ha llegado a serlo gracias a la conciencia, que le presta su material ideativo, se engrandece por la reflexión, que permite las múltiples asociaciones que le dan estabilidad. A la vista de la definición del término, éste no habría de comportar las connotaciones negativas con que se encuentra teñido en nuestros días. Tenacidad y pasión incluso pueden ser consideradas como virtudes en un mundo que tiende a la homogeneidad y a la monocromía. Pocos discuten ya sobre el modelo de sociedad que se ha de construir. La legitimidad no reside ahora en los grandes relatos ni en el consenso sino en la performatividad del sistema, en la capacidad que éste tiene para mejorar su eficiencia. Pero la resistencia de los pueblos a asumir el nuevo modelo aparece vestida con antiguos ropajes. El de las ideologías ilustradas poco vende ya, su pérdida de legitimidad es demasiado reciente como para ofrecer una resistencia apreciable. Diferencia/Disidencia Por otra parte, en el seno de las sociedades democráticas formales, el problema de la diversidad cultural se plantea bajo la forma del derecho a la diferencia o del respeto a las minorías, aunque en el terreno del proyecto social el discurso del poder no contemple por el momento el reconocimiento de formas distintas de sociedad, de otras maneras de vivir, incluso aunque ello se decidiera democráticamente. El límite y la naturaleza de las libertades están fijados por los intereses del modelo socioeconómico imperante. Monocromía y pasión En un contexto así, la atonía y la sumisión a ese pensamiento único, han de ser la norma. Quien ose defender con demasiada tenacidad alguna idea o alguna postura contraria a los intereses del paradigma, fácilmente aparecerá como estridencia en medio de la homogénea interpretación general y será entonces señalado como fanático. Si, además, los medios de comunicación e información sirven a los intereses del poder —no a los intereses de los distintos grupos, partidos o confesiones— resulta fácil a aquél abortar cualquier propuesta que atente contra dichos intereses, por diferentes vías: la descalificación, la tendenciosidad o la tergiversación.
Es evidente que ninguna mente sensata defendería el fanatismo como actitud propia del ser humano civilizado. Identificamos el fanatismo con la ceguera intelectual, con la incapacidad de valorar y sopesar los variados aspectos de la realidad. El fanático no escucha, no razona, no produce diálogo. La mayoría de los cristianos no viven como fanáticos. Ni la mayoría de los musulmanes tampoco, ni la de los herederos de las ideologías históricas de occidente. A pesar de ello, la historia ha escrito muchos de sus renglones con palabras tintadas de fanatismo, adjetivadas de manera diversa: religiosa, ideológica, bélica, económica. Momentos, lugares y grupos en los que la pasión y el exceso han hecho mella, enturbiando la transparencia de las ideas y de los vínculos, de los sentimientos y las creencias. l fanatismo es una pasión exacerbada, desmedida y tenaz, particularmente hacia una causa religiosa o futbolistica (y hasta deportiva), o hacia un pasatiempo o hobby. Consta de una apasionada e incondicional adhesión a una causa, un entusiasmo desmedido y monomanía persistente hacia determinados juegos o temas, de modo obstinado, algunas veces indiscriminado y animoso a otras cosas.El fanatismo puede referirse a cualquier creencia religiosa afín a una persona o grupo que crea en animales. En casos extremos en los cuales el fanatismo supera la racionalidad, puede llegar a extremos peligrosos, como matar y engañar a seres humanos o encarcelarlos en una super-prisión (el subconsciente), y puede incluir como síntoma el deseo incondicional de imponer una creencia, considerada buena para el fanático o para un grupo de los mismos. Adoctrinamiento Saltar a navegación, búsqueda El adoctrinamiento (a veces llamado indoctrinación por influjo del inglés indoctrination), es el conjunto de medidas y prácticas educativas y de propaganda usadas por las élites sociales dominantes como medio de control social no explícita ni necesariamemente coactivo, pero sí influyente.[cita requerida]
rotura f. Separación de un cuerpo en trozos,de forma más o menos violenta,o producción de grietas o agujeros en el mismo: |
jueves, 8 de julio de 2010
Los sentimientos; Revitalización, Adoctrinamiento, Fanatismos, Monocromía y pasión, Diferencia/Disidencia
¿Tiene derecho la Iglesia a pronunciarse en temas sociales y políticos?
(El diablo tampoco quiere que la Iglesia "se meta en política") Durante su reciente visita a México y Estados Unidos el Papa ha hablado en La identidad de la Doctrina Social Más bien la Doctrina Social es un conjunto de principios morales, de La Iglesia, experta en humanidad, ofrece en su doctrina social, un conjunto La Iglesia tiene el derecho de intervenir en lo social En segundo lugar es necesario desterrar el espejismo que considera las Por eso, en el mismo párrafo, el Vaticano II declara que, «El cristiano que Con esta declaración en mente podemos entender mejor por qué en su primera Vemos, por lo tanto, que en las esferas civiles y eclesiales hay un punto En cuanto a los no creyentes, se puede decir que la doctrina social de la (De Zenit) |
La Iglesia y la Política
El Presidente del Concilio Plenario de Venezuela, Mons. Ovidio Pérez Morales, recordó que la Iglesia y el Evangelio "tiene que ver con lo político inevitablemente" y no se le puede prohibir expresar su opinión. "Si la política se entiende como aquello que tiene que ver con el bien común de una sociedad, de una comunidad, entonces inevitablemente, el Evangelio, el cristiano, la Iglesia tiene que ver con la política, con la convivencia, con lo problemas de la paz, de la justicia, de la verdad. De tal manera que el Evangelio tiene que ver con lo político inevitablemente", explicó el también Obispo Emérito de Los Teques a la prensa. "Prohibirle a la Iglesia dar su opinión sobre política sería expatriarla del mundo donde vive", dijo el Prelado y explicó que "otra cosa es la política entendida como ejercicio del poder, la jerarquía, por ejemplo, no es ninguna alternativa de poder". El desarrollo de los movimientos populares de clase y el crecimiento del socialismo no pasan desapercibidos para la Iglesia Católica de Venezuela. Los reclamos de los distintos entes de las comunidades y las inquietudes sociales que en ellos se manifiestan, así como las acciones reivindicativas del pueblo organizado para imponerlas, alarman a la Iglesia , instrumento al servicio de las clases dominantes. Las asociaciones y cofradías existentes hasta la fecha tenían más bien un carácter mutualista, de socorros, de limosnas, de ayudas. La Iglesia, ante las nuevas realidades del movimiento Revolucionario, se encuentra obligada a transformar el sistema de sus organizaciones dándoles unidad e imprimiéndoles un espíritu más combativo. Jamás, seguramente, en ninguna otra época dicen los Obispos, se ha visto tan grande multiplicidad de asociaciones, sobre todo la asociación del pueblo organizado. "La Iglesia no debe meterse en política", dicen unos. "La política para el que viva de ella", dicen otros. Pero, ¿la Iglesia debe estar totalmente al margen de la política? ¿Debe el cristiano pasar de política? http://es.catholic.net/catequistasyevangelizadores/646/2202/articulo.php?id=21748 |