Los escenarios económicos actuales se caracterizan por sus constantes cambios, por su dinamismo, por su competitividad y en donde las empresas desempeñan un rol significativo que demanda el que la gerencia este atenta con respecto a cómo debe darse el comportamiento organizacional de la empresa en donde labora garantizando un buen clima organizacional, productividad, calidad, identificación plena del factor humano con la organización. Las personas están presentes en cada una de las facetas de una empresa. El planteamiento, las funciones y el resultado de ellas dependen fundamentalmente de la disposición y trabajo que realicen los empleados. Por tanto, un directivo debe saber tanto de actividad empresarial como de personas. Y esto es precisamente lo que les falta a muchos directivos: tienen amplios conocimientos técnicos y de estrategia pero carecen de las aptitudes para organizar y motivar a personas, aspecto que se ha descuidado mucho Lo cierto, de que se ha venido señalando ante la relevancia del rol del líder en la gerencia moderna, de que el liderazgo es un fenómeno de atribución. Es así como se comenta, de nadie es líder porque se proponga serlo, sino porque los demás lo reconocen como tal. Justamente, entre las cualidades más destacadas que los colaboradores de los líderes les atribuyen a éstos, se encuentran la honradez, previsión de futuro, inspiración y competencia. Por supuesto, la honradez es la cualidad más demandada, ya que se quieren líderes dignos de confianza, más en un entorno como el nuestro esto ha dejado mucho que decir. Ahora bien, respecto a la previsión de futuro, se espera del líder que sepa hacia dónde va. No supone tener una capacidad superior y separada de la realidad, sino de tener objetivos a medio y largo plazo. La inspiración presupone que los líderes han de ser enérgicos, entusiastas y positivos sobre el futuro. Esto se contagia y hace que la gente se alinee en una dirección. La competencia, supone, que el líder, aunque pueda no ser la persona que más sepa de todo, ha de saber lo que hace. Abraham Zaleznik, profesor de Harvard Business School reclama, por su parte, tres rasgos del liderazgo como necesarios para las empresas. El primero implica la sustancia del liderazgo y la imaginación. Así, la sustancia del negocio es el propio negocio y por ello hacen falta talentos concretos. El liderazgo versa sobre lo que hay que hacer. No basta sólo con los roles sociales o las relaciones humanas, hace falta una tarea útil que realizar. No se trata sólo de tener don de gentes. La imaginación, por su parte, es la capacidad de advertir y aprovechar las oportunidades y puede ser imaginación industrial, financiera o comercial. En segundo lugar, Zaleznik considera que la influencia personal en la empresa es liderazgo cuando promueve el crecimiento de los seguidores y la prosperidad de la empresa y no cuando es utilizada para aumentar el ego del líder disminuyendo el de sus seguidores. Por último, la dimensión ética del liderazgo implica una asunción de responsabilidad por parte de quien lo ejerce. No cabe duda de que la crisis social generada en todo el mundo se debe a una carencia de amor, libertad y justicia. Es bien importante educar en el amor y para la paz. La violencia, la exclusión, la irresponsabilidad, el individualismo, son valores no compartidos, que se contraponen al sistema de valores compartidos. En todo caso, se ve afectada por tales motivos la moral y ética de la sociedad. No es para menos, un sistema económico que reprodujo la miseria y competición entre débiles y fuertes, ricos y pobres, feos y bonitos, tiene como corolario una explosión en todo el mundo. Ataques terroristas, movimientos armados, guerras, hambre, destrucción son el producto de un modelo neoliberal salvaje, que sólo favorece a unas minorías. Desde Latinoamérica vienen resonando varias voces que luchan por la liberación de los pueblos más pobres y débiles. Pero es el ámbito individual y comunitario, donde debemos reforzar los valores, aunque a decir verdad no hablamos de valores, sino de un conjunto de compromisos y acuerdos que entre todos y todas debemos cumplir. En esos términos podemos hablar de liberación. Ya el modelo vertical de gerencia murió, ahora hablamos de la horizontalidad como sinónimo de igualdad y equidad. Desde Venezuela, se viene diseñando una plataforma de desarrollo que nace desde adentro, aunque depende en gran medida del grado de madurez de la gente de que éste tenga éxito o no. Nuestro sistema apenas nace y se dibuja como una alternativa ante la crisis, ya queda en nuestras manos ponerle el agregado para que se robustezca y fortalezca. Quien siembra vientos… Ya el resto lo sabemos, el modelo capitalista agoniza, está desesperado. Es hora de que la gerencia en nuestro país pase de ser un mero sueño y puesto de estatus a una responsabilidad compartida. Olvidemos los cargos y pongámonos en la línea colectiva, pensemos como equipo y en vez de un cargo, asumamos una posición, una responsabilidad. Por supuesto, se urge que este compromiso sea colectivo y vaya en función del bienestar social, vivir en abundancia, pero en una abundancia de valores, en el cual moral y ética sean los modelos a seguir y el ser humano sea el centro. Ya basta de pensar dime cuánto vales y te diré quién eres, es hora de dar el todo por el todo sin esperar nada a cambio. ¿Será posible esto alguna vez? |
miércoles, 7 de julio de 2010
¿Hacia dónde va la Gerencia Venezolana?
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