viernes, 3 de septiembre de 2010

Rentabilidad e Innovación


¿La innovación tecnológica aumenta la rentabilidad? No siempre
Suele existir un consenso entre empresarios, ejecutivos y académicos sobre la innovación tecnológica como herramienta para mejorar los resultados. Sin embargo, no todas las innovaciones terminan siendo rentables...
La innovación tecnológica se ha apoderado de la imaginación popular, empresarial y académica. Las empresas multiplican sus inversiones en nuevas tecnologías con la esperanza de dar con ideas brillantes y rentables.
Sin embargo, los mediocres resultados económicos de muchos inventos hacen que algunos cuestionen el optimismo incondicional que rodea la innovación tecnológica. En efecto, mientras las medidas impulsoras de la innovación aumentan, los resultados de las empresas no lo hacen en la misma medida.
¿A qué se deben estos datos tan desconcertantes? ¿Implica la innovación tecnológica un aumento automático de la rentabilidad? Si no es así, ¿cuándo mejora los resultados y cuándo no? ¿Cómo deben enfocar la innovación los directivos para sacar el máximo provecho de ella?
Con el fin de responder a estos interrogantes, el profesor del IESE Joan E. Ricart y el estudiante de doctorado Tunji Adegbesan analizan y compendian el conocimiento sobre los factores que influyen, en última instancia, sobre los resultados de la innovación.
Por un lado, sostienen los especialistas, toda innovación tecnológica conlleva algunos resultados técnicos que tienden a desplazar la tecnología anterior. Así, las empresas del sector empiezan a emplear esta nueva técnica para satisfacer las necesidades de los clientes. Este cambio puede considerarse un resultado técnico de la innovación tecnológica.
Sin embargo, existe una diferencia entre los resultados técnicos de una innovación y sus resultados económicos. Un resultado técnico positivo no necesariamente implica un aumento de los resultados económicos. Incluso, en algunos casos, las empresas que más se benefician del cambio tecnológico no son las que investigan sino las que lo implementan más adelante.
Ahora bien, ¿por qué hay resultados tan dispares entre empresas que afrontan el mismo cambio tecnológico?
Según los autores, es importante comprender las diferencias entre cambio tecnológico e innovación tecnológica. La innovación es activamente buscada por las empresas. El cambio, por el contrario, es experimentado de forma más o menos pasiva por las firmas de un mismo sector.
El cambio tecnológico suele afectar negativamente a los resultados de empresas que eran exitosas hasta ese momento (ya sea porque la nueva tecnología exige unas capacidades diferentes de las que tradicionalmente poseían o porque no invierten en la tecnología que más adelante se convierte en la predominante).
Incluso, un mismo cambio tecnológico puede afectar de distintas maneras al rendimiento de las empresas, como consecuencia de las diferencias en las estrategias relacionadas con factores como la adquisición de la tecnología, la colaboración entre empresas y las estrategias de líneas/plataformas de producto.
Si bien muchos estudios se centran en los factores determinantes de la capacidad de innovación, poco se ha dicho sobre las contingencias que determinan el éxito o el fracaso de las innovaciones particulares de las empresas. Del mismo modo, mientras que un buen número de investigaciones han indagado acerca de los resultados técnicos, muy pocos se han planteado averiguar cómo y cuándo afectan los aspectos técnicos a los resultados.
En definitiva, señalan los autores, es necesaria una teoría que pueda explicar cómo, cuándo y por qué la innovación tecnológica implica una mejora de los resultados de las empresas. Los recientes avances de la teoría del juego cooperativo podrían abrir una oportunidad para profundizar en este área de conocimiento.
En la búsqueda de qué factores determinan los resultados económicos de la innovación tecnológica, sería de gran ayuda que los estudios relacionaran las características específicas de las empresas con el aumento del valor agregado o de la complementariedad de una tecnología concreta y, por tanto, con la apropiación de valor.
Innovación y Rentabilidad
18 agosto 2008 Sin Comentarios Autor: Eduardo Collado
Se habla mucho de innovación, de investigación, de buscar nuevas aplicaciones, herramientas o procesos, pero la innovación en un mundo como el nuestro tiene que incluir una faceta de rentabilidad, innovar por innovar no es demasiado práctico hoy en día, es mucho más práctico innovar pero sin olvidar la rentabilidad que se pueda obtener, aunque claro, la innovación conlleva unos riesgos enormes desde el punto de vista de la rentabilidad, pero aunque no se consiga siempre hay que buscar ese camino.
Obviamente estoy hablando de la innovación que se persigue en las empresas, por supuesto en las empresas tecnológicas esta parte, la de la innovación debería de ser fundamental en sus organigramas, porque en tecnología conseguir un producto antes que los demás es muy importante, sobre todo teniendo en cuenta la velocidad con la que se avanza.
Innovar no consiste en descubrir la penicilina ni en inventar el fuego, innovar puede ser algo mucho menos espectacular, la innovación puede ser simplemente buscar nuevas formas de hacer algo para facilitar la vida al usuario o para mejorar los procesos productivos, porque la innovación de ideas también existe y también puede ser rentable, los procesos mejorados hacen que los productos o servicios sean más rápidos, mejores o incluso más baratos, y esa parte de innovación es a la que menos importancia parece que se le presta.
Así que no nos obsesionemos en construir cuando también podemos mejorar lo que se hace cambiando la forma de hacerlo, eso también es innovación y también puede ser muy rentable, el mundo de los servicios también existe.

rentabilidad e innovación


La innovación tecnológica es siempre una inversión, pero monetariamente es un gasto para las compañías; cuesta dinero y no siempre sus beneficios son tangibles; es por eso que el gasto en inversión debe estar justificado por algún tipo de rentabilidad o retorno (ROI), como toda inversión.
Podemos encontrar la rentabilidad de una innovación tecnológica analizando tres factores clave:
  • Aumento de ingresos directos.
  • Aumento de ingresos indirectos.
  • Reducción de costes directos.
El aumento de ingresos y la reducción de costes son claramente cuantificables, por ejemplo una innovación tecnológica que repercute en la producción, mejorando las ventas, acortando el “time to market”, procesos más eficientes o reduciendo los costes de producción, de mantenimiento, de evolución de los sistemas, etc.
Es más complicado intentar cuantificar la rentabilidad de los ingresos indirectos; estos ingresos son intangibles, se pueden medir, pero no siempre monetariamente porque corresponden a mejoras en el servicio, mejoras en la atención al cliente, mejoras en la imagen de la empresa, en la fidelización de los clientes, en la productividad, en las habilidades o conocimientos de los empleados, en la gestión de información, en la competitividad, etc.
A veces grandes proyectos de innovación tecnológica, que aportan a corto plazo sólo ingresos indirectos (aunque a largo plazo puedan generar ingresos directos), se ven paralizados o desplazados porque al decidir la financiación de esa inversión se prima por el retorno a corto plazo (ya lo decía Keynes, “en el largo plazo estamos todos muertos”) y muchas veces se prioriza por proyectos menos brillantes pero que generen ingresos directos en el corto plazo.
Ante esto con lo único con lo que podemos luchar es con creatividad a la hora de cuantificar los ingresos indirectos para justificar la inversión, medir en base a los objetivos (de negocio de la compañía) y no en base a la tecnología utilizada.

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