"AMOR DE MADRE" puritana y pecadora, se burla de la tristeza pero en el fondo llora. Y su alma ensangrentada guía a su trémula mano que recoge oscuras lágrimas aún derramadas en vano. Humillando a su amor propio y amenazando su orgullo, un hijo provoca el llanto enjugado en un arrullo. Y una gota cristalina, de su mirada a su pecho, brota y resbala por culpa del ser que acogió en su lecho. Con sangre en las rodillas, el sudor sobre su frente; sufrió así por dar cobijo y amor a su descendiente. ¿Por qué asaltada su mente de mentiras y de ofensas se orientará hasta la muerte por sus palabras inciertas? Porque aunque el necio traidor oprima su débil semblante, ese necio cuando peca lleva sangre de su sangre y ella errante en su camino recibe tanto dolor que a fuerza de verse herida lo confunde con amor. En su pupila un haz de luz y en sus labios un suspiro, en su cabeza sentimientos que ya no tienen asilo. Sentimientos que reflejan en un nítido cristal: su vigor, su fortaleza, ¡su paciencia sin igual! Porque el pecho de una madre alberga tanta ternura que aunque el desdén sea grande vierte en lo amargo dulzura. Y es en el calor que desprende, aquel donde reina el cariño, en el que se abrigarán siempre las esperanzas de un niño. |
jueves, 6 de mayo de 2010
“AMOR DE MADRE"
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